Narices rojas de la alegría en Belén

Fotografias: Enrique Pezo

El Festival de Belén ha llevado a más de un centenar de payasos a la zona más populosa de Iquitos.

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Todos los meses de agosto, Belén (Iquitos) se inunda de alegría y colorido. Es la oportunidad, desde hace diez años, en que un contingente de payasos y voluntarios de Bolaroja y Gesundheit! Institute arman jornadas de trabajo comunal, talleres artísticos gratuitos, pintado de casas e interacción constante con los habitantes del barrio más populoso de la Amazonía peruana (así como uno de los más modestos y humildes también).

Desde el 2005, ambas instituciones organizan el Festival de Belén, evento que ha crecido de tal modo que se ha convertido en acontecimiento ciudadano. Este año, han llegado a Iquitos aproximadamente 110 payasos de 15 países diferentes, reunidos durante 12 días, premunidos solo de risotadas, arte y solidaridad.

Los clowns llegados se unen con el grupo de voluntarios locales, jóvenes que buscan colaborar con el propósito (uno de los más dinámicos se llama IquiClown y alberga una treintena de estudiantes iquiteños). Enfundados en trajes de colores luminosos, maquillaje intenso, y las infaltables narices rojas forman en una compacta y muy ruidosa caravana y pasacalles, que viene desde la parte alta del distrito y se interna en la zona baja y va anunciando que es tiempo de festival.

Uno de los temas en que quiere incidir la presente edición es en el respeto a la identidad. El hecho mismo de que Belén sea una de las zonas de donde proviene una legión importante de artistas y creadores local le impregna de ese plus. La comunicación educativa es fundamental.

El festival empezó de modo modesto. Fue el empuje, entre otros, de la fundadora de Bolaroja, Wendy Ramos, que ha crecido sostenidamente. Después de ella, se han unido muchas más personas e instituciones, que han contribuido voluntariamente con la causa. Además, las alianzas con organizaciones locales, instituciones públicas y privadas de salud y la opinión pública ha reforzado el proyecto desde la raíz.

Wendy Ramos, fundadora de Bolaroja, siempre presente en el festival de Belén.

Una de las cosas más chéveres es ver a todos los payasos hacer locuras y divertimentos que alegran a todos. Uno de los más notorios es Patch Adams, a quien se le ve en varios lugares de Belén y de la ciudad, con un pescadito de plástico, compañero fiel y parte de su performance. La sonrisa que brinda es amplia y contagiante.

Nunca falta en el festival el gran Patch Adams.

Pero más allá del factor lúdico, la apuesta del festival es crear un articulación de ayuda que sea sostenible. Se ha formado la Red por Belén, que integra a gobiernos locales y ONGs en una misión humanitaria, de salud pública, además de prevención y control.

El festival culmina este domingo y ha dejado varios compromisos a favor de la comunidad, muchos corazones aliviados y tocados por la iniciativa, pero, sobre todo, muchas enseñanzas. La que se les ha quedado a los chicos de IquiClown, como marca indeleble es una de Patch Adams: «Trabajo por amor… y amor es un buen jefe».

Bonust track: más imágenesdel Festival de Belén (tomadas por Enrique) en la fanpage de Diario de IQT.

Esta oportunidad, el Festival de Belén se realiza entre el 5 y el 16 de agosto en Iquitos.